miércoles, 19 de enero de 2011

Carmen Naranjo recibe merecido homenaje

Martes, 18 de Enero de 2011 22:10
Escrito por Vinicio Chacón (vinicio.chacon@ucr.ac.cr)




Fotografía Byron Espinoza

Con una lectura de poesía y una muestra de retratos suyos, la escritora Carmen Naranjo será homenajeada por sus contribuciones a la cultura nacional y en particular a la gestión de mantenimiento del Teatro Nacional.

“Ella es la única de los creadores de la Fundación que está viva. Ha dejado una huella en la vida cultural y literaria costarricense y queremos agradecerle su visión de crear un grupo de voluntarios para ayudar en la consecución de fondos para el Teatro”, puntualizó Marjorie Sibaja, presidenta de la Fundación de Amigos del Teatro Nacional.

Así, en el homenaje que se llevará a cabo el 20 de enero, se podrán apreciar 14 retratos fotográficos de la escritora realizados por Byron Espinoza en una sesión en el 2006, conjunto que en la muestra ha sido titulado Carmen en su casa. Durante el mencionado acto – de asistencia por invitación – la actriz Haydée de Lev declamará poesías de Naranjo.

Sibaja detalló que de lo que se trata es de “darle las gracias por tener esa visión de que el Teatro Nacional necesitaba amigos, pues a veces cuesta que la gente reconozca el aporte que ciertas personas han hecho al país; queremos decirle que seguimos su ejemplo”.



APORTE

Carmen Naranjo nació en 1928 y estudió filología en la Universidad de Costa Rica para luego realizar posgrados en universidades de México y Estados Unidos.

Se desempeñó como embajadora de Costa Rica ante Israel; fue subgerente administrativa de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) y asistente de gerencia del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE). Destacó particularmente como Ministra de Cultura durante el gobierno de Daniel Oduber y también fue directora de la editorial EDUCA y del Museo de Arte Costarricense. Además, en su momento también dirigió los programas regionales del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF).

Como escritora, a lo largo de su prolífica carrera ha dejado textos como Los Perros no ladraron, Diario de una multitud, Cinco temas en busca de un pensador, El Caso 117.720, o Más allá de Parismina.

Sobre el homenaje que ahora recibe dijo estar “muy contenta”, pues “ha pasado mucho tiempo y parece que pasa desapercibido lo que hice por el Teatro Nacional”.

Al respecto, dijo compartir la noción de que en Costa Rica se tiende a olvidar el aporte de las figuras culturales, “aunque tengo la dicha de que el periodo durante el cual estuve al frente del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, se le ha llamado la época dorada”.

“Da la impresión de que nuestros valores culturales tienen mejor acogida fuera de Costa Rica, que no le da tanta importancia a su propio patrimonio cultural”, lamentó. La escritora relató que promulgó la Ley de Patrimonio Cultural cuando fue Ministra de Cultura, por la cual tuvo que enfrentar muchas reacciones adversas, “pues trataron de detener todo lo que tenía que ver con los tesoros indígenas”.

Por su parte, el fotógrafo Espinoza recordó que conoció a la escritora en el 2004, como parte de un trabajo que ha realizado de retratos a diferentes creadores costarricenses, como Fabio Herrera, Samuel Rovinsky o Alfonso Chase.

En el 2006 la volvió a retratar, y pasó la tarde con ella. Más tarde Naranjo le ayudó a publicar un poemario bajo el sello Osadía y escribió la reseña de la contraportada.

“Este año retomaremos el proyecto de un ensayo fotográfico, que implicará reuniones constantes; abarcará más allá de sólo retratos y la idea es poder publicar las fotos en un libro”, detalló.

Para Espinoza, la experiencia de visitar y trabajar con Naranjo fue “impresionante y enriquecedora”.

“Ella – expresó – es una figura fundamental en la cultura del país y la admiro como persona y como creadora. Costa Rica ha tenido monstruos en el arte, como Felo García o Francisco Zúñiga, pero me atrevo a decir que después de García Monge ella es la figura más importante. Además es muy humilde, humana y sencilla; conoce el mundo y compartió con figuras como Juan Rulfo y Julio Cortázar. Ha sido un gran privilegio compartir con ella.”

Sobre el aporte de la Fundación de Amigos del Teatro Nacional, Naranjo manifestó que esa organización ha hecho mucho por esa institución y su inmueble, “que tiene serios problemas. Entre otras cosas, se debe reconstruir o sustituir la capa acústica del sonido. Es una de las tareas más importantes en este momento y ya hemos pensado en organizar gente que aporte contribuciones para ese fin”, comentó.

Mientras tanto, Sibaja hizo ver que la mayor parte del trabajo de la Fundación es voluntario y destacó aportes como la colaboración en la compra y mantenimiento del piano Steinway.

Naranjo por su parte enfatizó en la importancia de conservar el Teatro “como la joya arquitectónica que es”. Respecto del deterioro y destrucción que en ocasiones sufren los inmuebles históricos en Costa Rica, indicó que “el dinero nos ha perdido un poco. La gente prefiere vender o destruir casas históricas que están muy bien situadas, aunque también hay personas que han sido muy generosas. Así como hay gente que ayuda, hay gente que destruye”.

martes, 4 de enero de 2011

Francisco Ruiz Udiel








Cada cuatro años nace una poeta suicida


A Sexton, Plath y Pizarnik
Nacidas en 1928, 1932 y 1936


Cada cuatro años la muerte
abre la llave del gas de una cocina,
se fuma un cigarrillo en el sofá y espera.

Otras veces enciende el motor de un automóvil
dentro del garaje
y canta Chair in the Sky,
un poco de jazz no despertará
a las muñecas recién maquilladas, piensa.

Cada cuatro años la muerte toma
anfetaminas para adelgazar,
pero se le pasa un poco la mano
y ya no despierta.

No se pone triste, ni alegre, ni neurótica, no.
pero cada cuatro años
la muerte amanece lúgubre
y observa la tarde roja
desde una ventana.
Alguien trata de invocarme, dice,
y cierra amargamente los ojos.

A mí me da pesar, no sé,
es como si ella quisiera decirnos
o contarnos algo desde su delgado rostro blanco,
como si estuviera cansada de estrangular mujeres.
Yo la conozco muy poco,
pero me consta aborrece
su funéreo oficio.
Últimamente la han visto respirar
cierto aire suicida.

Cada cuatro años a la muerte
se le irritan los ojos,
sabemos que ha llorado, lo sabemos,
pero callamos,
sabemos también que busca algún vientre
y como ella no tiene el privilegio
de la carne materna
aferra entonces sus fríos y delgados dedos
en el primer ombligo que encuentra.

Por eso cada cuatro años algunas niñas
ya vienen muertas.

*********

Gesto desvanecido en esquina de una estación

Esta estación no será más una estación,
quedará únicamente mi gesto desvanecido
en el polvo de alguna ventana,
si acaso hay ventanas,
si acaso decido en las estaciones
desamparar algún gesto.

Esperaré junto a las cabinas telefónicas
a que las horas se desvanezcan azules
en mi cigarrillo encendido
de mirada triste e inclinada,
me verán apretar la mandíbula
para masticar, como las aves
que emigran de una tierra a otra,
cualquier bocado de aire
sin saber qué les espera.

El aire se ha vuelto amargo
y aún no sé en qué otras estaciones
abordará mi soledad otro cuerpo.

*********

Hay noches en que no quiero saber nada

Hay noches en que no quiero saber nada
ni oír nada,
y lo único que busco
es sentarme en la desamparada calle
y mirar a un perro,
que en su silencio sabe,
permanecer solo quiero,
y desea hablarme con sus ojos
-pero recuerda- y calla.

Esta noche recitaré
a un hombre que perdió su paz,
un poema para morir en paz.

En el momento en que pienso esto
una sombra se me sube
por el pecho y me acaricia
con sus manos la frente
-entonces callo-

Ni la noche, ni la calle, ni el perro
podrán apaciguar esta ausencia.

*********

Poema para quedar inmune

Llevo una reja en mis dedos
una prisión de viento que te habla
tócame y seré libre
llevo dos ojos que se abren
grandes en la noche
y un abismo que separa
a mi cuerpo
de otro cuerpo

Cuatro millones de años
me encerraron
cuenco aire en un costado
y me devuelve al suelo
incluso la libertad aterra
en el último instante

No me reconozco
en una madrugada de traidores
en una hoja oxidada
por el olor de mis muertos
ni en la fría corteza
de los árboles que esperan
será que ya me acostumbré
a que me entierren en los ojos
una amarga tarde
y dos agujeros de cielo

¿Qué más puede herirme?

*********

El mar se quedará ciego

A Pablo Hernández

Me hubieras gritado
para que reaccionara
para que tus manos fueran
una bomba de oxígeno
sobre mi pecho.

Me hubieras golpeado
en la parte más baja
de mi soledad.

Hubieras reclamado
mi mirada de niño
que nunca encontraste
pues un día arrojé
mi corazón sobre
los cadáveres de los pájaros
cuando supe que éstos
al presentir su muerte
le arrancaban los ojos a los peces.

Te hubieras atado
dentro de este árbol
que se secó
y cuyo fruto sólo comieron
las mujeres sin nombres
las que devoraron
el desprecio de la noche
y jugaron dados con su sexo.

Hubieras hecho tanto
Yo sé
pero de qué hubiera servido
mañana el mar se quedará
ciego para siempre.

*********

Nada

Nada es una palabra
inventada por Dios
para escupir su desprecio.

Yo soy la palabra de Dios.